jueves, 27 de junio de 2013

Retrospectiva.

Anoche pensé en regresar al pasado.
No quiero hablar de nada ni con nadie
Escribir me confunde, mi brújula se ha desajustado.
Caminos verdes de horizonte azul
Árbol amarillo.
Mariposa de miel.
Búho dormido.
Tempestad.
Medalla de Dios.
Las mujeres no se mueren por amor.
La lluvia no sirve para el que tiene sed.
Podrían morir las flores por tu ausencia
Pero mis ojos no dejarían de anhelar tu ser.
Anoche pensé en el volantinero pasado.
He decidido callar para siempre mi poesía.
Caminar para dejar de caminar.
Cerrar los ojos para olvidar volar.
Callar para siempre mis oídos.
De la vida estoy harto de sus ruidos.
Ayer pensé en el pasado.
Si de volver la oportunidad tuviera
No permitiría que tu ser se corrompiera.

Jamás… que mi mano poesía escribiera.

jueves, 6 de junio de 2013

2 de Junio 2013 - 2:36am



Hoy te he visto de pie frente a tu hijo.
¡Qué tierna es la vida!
Nada más dulce que sus suaves manos.
Nada más dulce que su tierno aliento.
Nacemos sin pedir, vivimos ignorantes.
Sabemos de la muerte y la ocultamos.
Sabemos de la vida y la penamos.
Nadie es dueño de nadie,
Es regla de vida, es designio mayor
Hoy te he visto llorar.
El animal más irracional es sin duda
El hombre cuando ama sin fortuna.
Si sus besos fueron para ti locura
Si sus risas fueron para ti locura
No busques en silencio amargura.
Dios puede ser un niño necio
Después de todo, cada milagro:
Tiene un poco de desgracia.
Si sus dulcísimos ojos fueron
Para ti la vida, que sea su ausencia
Reclamo de armonía.
De Dios no dejes de escuchar la melodía.
Que cuando el sol se pone…
No se acaba el día.
Hoy te he visto de pie frente a tu hijo:

Con amor te sonreía.

Quería escribir...

Yo no sé lo que quería escribir hoy.
Sentí tus dulcísimas abrazando mi cuello.
Ayer he pensado en amarte así como lo sé.
Ya no eres la luna, has llegado más allá.
Eres el vaso que porta mi sangre
Eres la vena que lleva hasta la vida
El aire de la noche de fuego
La vida que necesito para morir.
Hoy eres un beso que anhelo.
Yo quería escribir sobre tu cuello.
Una historia de colibríes y deseos.
Me has dejado mudo, sin estómago.
Entendí a tu paso el tiempo
el que necesito para amarte
a destiempo, sin ritmo, sin utopías.
Yo quería ser el verso que alumbrara tu deseo
Entendí a tu paso, que no existen los versos
que en tu pecho estallen sin ser en ellos
la noche que espero, tu vientre en que espero
esta noche de sal y fuego en que espero.
Yo no sé lo que quería escribir

Y escribí en mí tu nombre con fuego.

lunes, 18 de febrero de 2013

...


¿Qué se puede hacer con un ramo de flores?
Pude ponerse a los pies de una mujer sin sexo
                 O en los brazos de quien nos dio la vida.
Puede ofrendarse a algún Dios ciego y misógino.
                O bien ofrendarlo a las putas.
Pude bien no cortarse y ver las flores marchitar
                O llevarlas a la tumba.
Pero el mejor uso, sin duda alguna
Es para regalo de un enamorado;
Rechazado por las cosas de la sociedad.
Puede encontrar un buen lugar al lado de:
Una envoltura de sabritas vacía
O de una botella de coca-cola vacía.
¡Exacto! Al lado de los restos de la comida de ayer.
En la basura o el achihual para los cochis.
Es bueno que alguien se las coma.
Así que cuando alguien me pregunte
–con flores que mis manos habrán puesto en sus brazos.
¿Qué hago con las flores?
Responderé, ya arrepentido:
¡Cómetelas¡

¡Nuestro amor es un árbol!

I
El amor debería nacer en los árboles.
quizá así moderaríamos la tala.
II
Si el amor naciera en los árboles
El pecado de Eva habría sido de vida
no de muerte.
III
Si el amor naciera en los árboles
la manzana de Adán habría valido la pena al destirro
¡Y vaya que la valió!
IV
...La primavera tendría más color
y las hojas de otoño serían de amargura.
V
Si nuestro amor se diera en un árbol,
lo regaría todas mañanas,
sería menester que no se
le suban las arrieras o lo coman las ardillas.
VI
Si nuestro amor fuera un árbol,
Quizá sería un baobab o una ceiba.
Pero sin duda, nuestro árbol
daría más sombra y más abrigo
que cualquier hogar.
VII
Si las semillas de amor se hicieran árboles.
Podríamos sembrar, con tu cabello al viento.
Si así quisiera el mundo, un bosque nuevo.
Tuyo.

miércoles, 23 de enero de 2013

MARIPOSA


UNA MARIPOSA VOLÓ MI ESPACIO.
UNA MARIPOSA EN MI HA ATERRIZADO
CUAL POLEN A LA FLOR
MI ESPERANZA HA FECUNDADO.
UNA MARIPOSA DE ALAS GRANDES
QUE CON COLOR MIS OJOS HA BAÑADO.
UNA MARIPOSA QUE REPOSA
SOBRE SU SER LO QUE HE SOÑADO
UNA MARIPOSA AMANTE DEL CAFÉ
MI CORAZÓN HA CAUTIVADO.

sábado, 12 de enero de 2013

Ustedes...



Hoy decidí caminar… estoy en un rancho, no lejos del pueblo. Caminaré solo, a mi paso y a mis anchas, tengo ocho años, pero desde hace poco tiempo se me empezó a hacer maravilloso la potencialidad que tenemos de recorrer el mundo y preferimos quedarnos viendo la televisión.
Este lugar no es ningún bosque encantado, ni sitio perdido, mucho menos un lugar de aventureros, es más bien una especie de campo grande donde entran las vacas a pastar.
Es algo extraño el sentimiento al ver este paisaje, es una especie de deja vu. Pero me siento de maravilla y sigo caminando… es curioso este lugar, en el centro del campo hay un árbol gigante de higo, lo mejor de caminar es disfrutar cada cosa que se realiza, pero es mejor la satisfacción de concluir la meta que te has propuesto. Y en este caso, debía tomar agua únicamente hasta hallarme sentado en una de las gruesas raíces del higo.
Llego hasta la raíz del higo exhausto, pongo mi cantimplora a mi costado derecho después de beber agua suficiente, me recuesto hacia el lado izquierdo  y acomodo mi sombrero a modo de que cubra de manera casi total mi rostro. Y me dispongo a una pequeña siesta…
<Cuando tenía 4 o 5 años, siempre pensaba que podría vivir cómodamente el resto de mi vida en un pequeño agujero siempre y cuando tuviera suficientes dulces, frituras y soda sabor limón…>
Algo pica fuerte en mi talón y de un salto me pongo de pie, no hay nada… debe ser mi organismo despertándome, ya muy tarde, debí quedarme dormido unas tres horas, el atardecer es maravilloso desde este punto, se matizan en el cielo fuertes rojos, brillantes naranjas, despampanantes amarillos y el tranquilo azul… es como si el mar danzara con grandes llamaradas. El crepúsculo es lo mejor que Dios pudo crear, eso y los dulces de mango cubiertos de chile, esos si son manjares.
Tomo mi sombrero que del salto que he dado voló a un par de metro de mí, me agacho para cogerlo cuando una dulce voz me dice –Hola –asustado volteo a ver hacia todos lados y estoy solo en la nada, cojo mi sombrero –Hola –no tengo la menor idea de qué pueda ser eso, -Ha de ser que sigo adormitado y es el ruido extraño de algún insecto –pienso en vos alta.
-De insectos nada señor. –responde la vocecita
-Quién ha de ser entonces que habla y no le veo –digo enfadado
-No has visto bien… los humanos siempre hacen eso piensan que... –le interrumpo súbitamente –a ver… ¿los humanos has dicho?
-Así es, los humanos son torpes, piensan que lo saben todo, creen que el bosque para crecer necesita de su ayuda… el bosque lo que necesita es que ¡lo dejes en paz!.
-Pero acá no hay ningún bosque –le digo de manera ingenua.
-¡Exacto niño! ¡No hay ningún bosque! – escucho la voz furiosa, pero sigo sin entender de dónde proviene.
-Y entonces por qué peleas conmigo, yo solo soy un niño que ha salido a ver los campos, los árboles y el atardecer.
-Es cierto… pero pronto serás adulto. Y ustedes los humanos cuando crecen pierden toda capacidad de sentir se vuelven fríos, escépticos, fanáticos de Dios buscando perdón, apáticos, tacaños, su cerebro se les encoje y la ambición los llena, son la escoria de la naturaleza.
-Mis padres no son así… -le dije, pero claro que mis padres son así, no me dejan jugar en la sala porque se puede quebrar algo, no me dejan contarles mis aventuras en el campo porque dicen que son solo cuentos míos, todos los domingos me llevan a misa para estar bien con Dios, pero los otros seis días de la semana se la pasan regañándome y mandándome. Yo no quiero ser un adulto. ¡Qué desgracia ser un humano, la escoria!
-Si tú lo dices… pero yo sé que no hay humano que al crecer no cambie. –Me dice con voz arrogante, tal parece que esta voz sabe todo. ¿Estaré soñando? Me doy un tremendo pelliscón y no pasa nada, al parecer es la vida real.
-Oye… ¿y qué eres? ¿De dónde saliste? No te puedo ver, ¿eres Dios? Porque dicen que Dios habla y la gente que habla con Dios es santa, ¿soy un santo? Y además…-
-Para niño son muchas preguntas –se escucha un suspiro –te las responderé en orden, no soy más que una mariposa, no me has visto acaso –de pronto se despega del árbol, tiene un camuflaje preciso, café con manchas verdes y pequeños puntos blancos. Aletea frente a mí –ahora ya puedes verme, eso responde tu siguiente pregunta, no soy Dios, por lo tanto no eres santo ni por asomo, jaja.
-¿De qué te ries? – la quedo viendo.
-¿Acaso la naturaleza no nos ha hecho libres para expresarnos como queramos?
-Claro que sí, pero tú te estás burlando de mí. Y yo podría aplastarte de una palmada o encerrarte en un frasco o peor aún, clavarte un alfiler y guardarte en mi colección de insectos –es una mariposa muy arrogante.
-No lo harías… eres un niño bueno, no serías capaz de matarme, aplastarme o disecarme. Más bien te gustaría que llevarme para ser tu amiga.
-Eres muy bella, siempre he considerado a las mariposas muy bellas… pero tú más que otras, eres una mariposa parlante y sabia –me causa inquietud, no le tengo miedo, aunque me sigo cuestionando, qué hago yo parlando con una mariposa.
-Las mariposas somos un misterios… podemos amar, disfrutamos las flores, no necesitamos lujos, tenemos todo en nuestras alas, somos libres y podemos volar a donde queramos. Ser mariposa es lo mejor. Las moscas en cambio son asquerosas y peor aún las arañas. Aunque admiro a las abejas, ellas sí trabajan y a los tontos humanos los pican porque son unos abusivos, ladrones que explotan a las pobres abejas para robarles su trabajo. Si los humanos no existieran la vida sería perfecta.
-¿Entonces me odias? –me causa gran confusión, ¿por qué los humanos seremos tan malos? Yo nunca le he hecho nada malo a las abejas, ni a las flores.
-Claro que no, tú puedes ser un humano diferente, lo que pasa que se les olvida que ustedes también son animales, mira que hacer a Dios a su imagen y semejanza. No cabe duda de su arrogancia.
-¿Y tú por qué hablas? –estúpida mariposa, los insectos no deben hablar.
-Hablo porque tú hablas, pienso porque tú piensas, amo porque tú amas…
-Pero qué eres, no entiendo… ¿por qué? –me ha confundido por completo, la naturaleza no funciona así.
-Yo no soy otra cosa más que tú… tan solo porque sí.
No la entiendo, dice tantas cosas reales, la verdad duele, quizá por eso los matrimonios duran tanto y eso explica por qué dice que nos hacemos tan falsos cuando crecemos, aprendemos a mentir por aferrarnos a lo que hacemos. No la entiendo, no la entiendo, no la entiendo. ¿En verdad somos tan arrogantes?
-Oye… y las mariposas adultas ¿cómo son? –pregunto ansioso.
-Yo soy una mariposa adulta, pasé mi infancia arrastrándome por el piso, luego cuando fue tiempo, me colgué de una ramita de este enorme árbol, tejí un capullo desde donde pudiera ver el crepúsculo que desde este punto es hermoso… y luego cambié mis vestiduras, me crecieron estas alas… y me convertí en esto.
-¿Y eso cuándo pasó? –claro, si se dice adulta debo saber cuánto ha vivido como mariposa.
-Hace un par de horas, mientras dormías… yo sabía todo esto de los humanos porque los días que me llevó arrastrarme desde el piso hasta la copa del árbol, veía pasar leñadores, vaqueros, cazadores… muchos adultos envueltos en la simpleza de su vida- hace una pequeña pausa -¡qué triste ha de ser no poder volar!
-Yo soy un niño… ¿soy una oruga? ¿Podré volar?  
-Claro que no, los humanos no vuelas… su metamorfosis se llama muerte y la vida llena de cosas y aferrarse a ellas les enseña a tenerle miedo. Los ha hecho pensar mucho…
-y tú cómo sabes que no es mala? –es ilógico, debo de dejar de hacerle caso, ya debería estar en casa, mis padres se preocuparán por mí, no podré decirles que estaba platicando con una estúpida mariposa que dice que los humanos somos tan desagradables
-Los humanos pierden la memoria después de su metamorfosis… las mariposas no. Yo he vivido más de lo que te imaginas. Los animales nunca hablamos con ustedes porque están muy ocupados en sus cosas, su Dios no les da tiempo para admirar el mundo… y las veces que hemos hablado, han hecho tantas estupideces.
-¿Estupideces? ¿de qué hablas?
-No podrías entenderlo... su ingenuidad los hace escépticos.
-¡Ya me cansé de escuchar tanta tontería! ¡Me voy!
Acomodé mi cantimplora, me puse bien el sombrero y me subí los y apreté bien los pantalones. Qué se ha creído este insecto. Para ella es fácil ser una mariposa, no tiene que gastar en nada, lo tiene nada, qué puede preocuparle a una mariposa.
-Y ¿a dónde vas?- aleteó rápido hasta mí de tal modo que pude sentir su aire en mi nariz.
-Me voy a mi casa- respondí sin más ni más.
-Ya está anocheciendo... si esperas unos minutos más quizá puedas ver el show de las luciérnagas.
-De luciérnagas nada, me voy- esta vez estoy decidido a irme.
-¿Por qué no puedes amar a una mariposa?- me dijo con un tono acaramelado y dulce.
-El amor es para débiles- ¿Amar? ¿quién puede amar a una mariposa arrogante?
Y entonces la mariposa respondió -No es así... yo puedo volar, tú no. 
-¿Por qué no?- le grité furioso.
-Porque no te has atrevido a amar...
-Ya baste de patrañas, me voy, mis papás me esperan- Empiezo a caminar.
-¿Entonces es el final? ¿conoces a un ser único y lo dejas en medio de la nada?
Ya me tiene harto, si dice que nosotros los humanos hacemos tantas cosas con qué sentido se ha atrevido a hablarme. No la entiendo... eso explica por qué mi papá en ocasiones le dice a mamá que es como una mariposa. Aunque yo pensaba que era por esas blusas extrañas multicolores y sus peinados excéntricos.
-Así es, te dejo... no eres la única mariposa y los humanos en cambio dices que somos todos iguales- empiezo a caminar.
-Una vez vi un par de enamorados... eso no lo había dicho, pero también tienen una manera única de amar, ese par estuvo aquí sentado... ella me tomo con su dedo índice y me sostuvo por un momento, luego me dejó en una ramita del árbol, entonces él le susurró un poema que no he podido olvidar:
Mi táctica es mirarte, 
aprender cómo sos,
quererte como sos.
Mi táctica es hablarte y escucharte
construir con palabras 
un puente indestructible.
Mi táctica es quedarme en tu recuerdo.
no sé cómo ni sé con qué pretexto
pero quedarme en voz.
Mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos simulacros
para que entre los dos
no haya telón ni abismos.
Mi estrategia en cambio
es más profunda y más simple
Mi estrategia es que 
un día cualquiera no sé cómo
ni sé con qué pretexto 
por fin me necesites.
En algún lugar habré escuchado ese poema... en la escuela quizá. No entiendo por qué los adultos pueden decir tanta cursilería. -De seguro fueron Andrea y Mario... esos dos solo andan diciéndose cosas bonitas.
-¡Qué bonito se aman!
-Sí tú lo dices... porque yo lo considero ridículo.-Ya debo irme, las luciérnagas empiezan su show y el camino de regreso estará muy oscuro. 
-¿Y tú por qué no te atreves a amar?
-¿Amar yo?... ni en cuentos. Yo por eso salgo a caminar, no quiero que la tv me convenza de que el amor es pura miel.-No lo había pensado... ¿a quién podría amar yo?
-Aún no sabes de qué hablas, un día encontrarás a alguien. Todos encuentran a alguien... no hay quien se libre, ya sea para tormento o para gozo. Pero al final siempre terminan teniendo la metamorfosis.
Metamorfosis... metamorfosis... ya lo había olvidado. 
-¿Yo puedo amarte?
-No... pero yo puedo hacer algo que te haga amar.
-Jajaja ¿a poco también haces milagros?
-Una vez conocí a un escarabajo que no podía caminar... entonces un sapo se lo comió. ¿No te da miedo eso?
-Qué tiene que ver un escarabajo y un sapo conmigo?
-Si no puedes caminar, es decir amar... un terrible monstruo puede tragarte, es decir la simpleza.- y ¿quién le ha dicho que mi vida es simple? Claro que no es simple... tengo amigos, tengo terreno para caminar, y lo mejor de todo... tengo una cantimplora preciosa que me acompaña siempre.
-La simpleza nunca... soy especial. Aunque no me has dicho cómo podrás ayudarme.
-Será algo extraño para ti. Acércate.
Entonces la mariposa voló hasta mí...
-Aguarda... no me has dicho tu nombre. 
Continuó volando y justo frente a mi naríz
-Ambar- y de un par de aleteos me fui hacia atrás, todo se tornó completamente en oscuridad y las luciérnagas inundaron el espacio. La mariposa ya no está.
-Entonces la vida te puso aquí, la vida no ha sabido explicarte... tú no has sabido entender. Que se nace para morir, que vivir es un acto de valentía, que la felicidad es libertad, que la libertad implica decisión, que la decisión depende de la consciencia, que la consciencia no tiene sentido, que si buscas sentido solo encuentras ataduras, prejuicios, pecados... y al final no habrá pasado nada y estarás el resto de la eternidad bajo la tierra, con la voz bajo una piedra, el alma en los jardines, tus ojos apagados... y tu corazón... tu corazón muerto. 
Todo está oscuro... negro absoluto, este terrible chillido que producen mis oídos ante el silencio que cala mis huesos. 
-RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!!
Abro mis ojos... el sol golpea fuerte mis ojos, tengo la boca seca y manchas blancas por la saliva que ha escurrido en mis mejillas. Me levanto y voy al baño, camino torpe... qué loca mariposa. Me veo en el espejo, hace casi un mes que no me afeito, mi apariencia es más la de un vagabundo, debo recordar ir a la farmacia por navajas para afeitar. Me enjuago el rostro.
-Qué loco sueño... debo dejar de fumar. O mejor aún: debo empezar a vivir.
Tengo veintisiete años y no sé qué diablos es amar. Hoy tengo que averiguarlo.
Salgo del baño, busco algo de ropa limpia en el desastre de mi cuarto, limpio mis zapatos y me decido a por fin salir... hace veintitrés días que no salgo, ya no soporto este hedor. Me pongo perfume, giro la perilla y pongo mis pies al mundo...
Continuará…
Mariposa mental. Arte emocional.